sábado, 5 de julio de 2008

Mitos y realidades de la violencia masculina contra la pareja

Factores, características y perfil del hombre violento.

Cuanto más la practico,
con mayor claridad advierto
lo lejos que estoy de la plena
expresión de la no violencia
en mi vida.

Mahatma Ghandi

Al que tiene el poder
le impide hacer muchas
cosas el amor a los suyos

Lucio Anneo Séneca

Para comenzar a abordar el tema de la Violencia Masculina Contra su Pareja (VMCP), intentaré dar cuenta de algunos elementos que constituyen el fenómeno, así como presentar algunas características del hombre violento, tratando así de establecer un perfil que no sea con el propósito de señalar, sino de reconocer o bien, reconocerse así mismo y evitar cometer actos violentos. Para ello partiré de citar algunos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), que señalan:
o en el transcurso del 2005 se registraron dos mil 159 fallecimientos de mujeres por violencia intrafamiliar,
o Las muertes de mujeres por violencia intrafamiliar se concentran principalmente en 10 entidades: Oaxaca, Quintara Roo, Puebla, Tlaxcala, Distrito Federal, Michoacán, Estado de México, Colima, Nayarit y Baja California
Y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) (cit. En Yañez 2006) señala:
o Las lesiones que dejan las riñas en el hogar van desde una simple gastritis, hasta embolias, derrames cerebrales por la presión arterial por el estado nervioso, lesiones en el corazón, problemas renales y cáncer de mama, ya que los senos son uno de los puntos vulnerables hacia los cuales los hombres suelen dirigir sus ataques
o las organizaciones feministas han asegurado que hay una “cifra negra” de decesos de mujeres a consecuencia de la violencia en los hogares. Muchas de ellas prefieren no denunciar las agresiones, ya que en la mayoría de los casos los cónyuges las tienen amenazadas con denunciarlas penalmente por adulterio, abandono de hogar o declararlas insanas mentalmente para quitarles a los hijos.
¿Qué nos dice esta información?. En primer lugar nos da un referente de la magnitud del problema y cabe señalar que son datos tomados a partir de cifras 0ficiales, de mujeres que se atreven a hablar o incluso a denunciar, pero si se conociera con exactitud la cifra, los datos podría ser mayores.
VIOLENCIA Y ESPACIO LATENTE
¿A que se hace referencia cuando se habla de violencia?, a grandes rasgos y en conversaciones; se dice de las personas que no guardan la sensatez y se exasperan lo cuál los lleva a cometer actos agresivos hacia otras personas y si nos remitimos a las definiciones del Diccionario de la Real Academia Española (cit. En Vara, 2006) dicen lo siguiente:
• aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia, entrar en una casa u otra parte contra la voluntad de su dueño, poner a alguien en una situación violenta o hacer que se moleste o enoje.

A partir de estas definiciones podríamos afirmar que el hogar es el espacio donde se ejerce la VMCP, esto se va corroborando a partir de las investigaciones por ejemplo Ramírez Rodríguez (2002) señala que “entre los hallazgos más consistentes en estudios de corte cuantitativo en muchos países del mundo se encontraron los siguientes: a) la violencia contra las mujeres ocurre fundamentalmente en el espacio domestico…”, así mismo en estudios como los de Aguilera Torrado (2004) en Colombia en donde aplica una entrevista a hombres violentos que fueron denunciados y donde “el 100% identifican el hogar como el espacio donde se presentan los episodios de violencia conyugal o de pareja” y según datos del Inmujeres (cit. En Yañez 2006) “en la ciudad de México, siete de cada 10 mujeres son agredidas por su pareja, o por su ex esposo en el hogar”.

Podríamos preguntarnos ¿por que el espacio doméstico?, ¿será por la ‘seguridad’ que brindan las paredes?, ¿el tener control del lugar y pensar que todo lo ocurrido queda al interior del espacio perimetral?, señala Vara Horna (2006) “violentar alude al empleo de medios violentos para vencer la voluntad o resistencia de otra persona”, lo cuál viene a reforzar lo comentado ya que el espacio doméstico puede ser un medio, así como los instrumentos con que se este a su alrededor, es decir, el tener el ‘control’ sobre la otra persona privándole de la posibilidad de solicitar ayuda y violentándola o infundiendo temor y es que al referirnos al control es “entrar en el terreno de la lucha de poder, de las interacciones personales; donde la violencia es empleada para doblegar voluntad o resistencia, generando enojo, molestias (efectos) y con posibilidades de reaccionar violentamente” (Vara Horna, 2006, p. 42)
FACTORES QUE SE ASOCIAN A LA VIOLENCIA
Hasta aquí las reflexiones han girado en torno al espacio donde la VMCP tiene lugar y es que entender este elemento nos podría llevar a pensar que el hogar no es un lugar seguro, que más bien no es un hogar, sino un Fuerte que encierra violencia, pero la verdad es que el lugar no se conforma por sí solo, sino que se construye la esencia del hogar a partir de las personas que le dan cimiento: una pareja, y una de ellas, el hombre lo puede convertir en un espacio violento lo cuál nos lleva a una siguiente reflexión ¿cuál o cuáles podrían ser las causas que originan la VMCP?. Socialmente se asocia a la violencia el consumo de alcohol, drogas, los factores económicos, a la educación e historia de una infancia violentada, pero datos muestran que son factores que ciertamente pueden influir, no obstante “beber y drogarse generalmente se usan como una excusa socialmente aceptable para ‘perder el control’ pero tampoco quiere decir que siempre que se bebe se originan actos violentos” por ejemplo “en algunas culturas la gente bebe y se torna violenta, en otras se tornan alegres, en otras pasivas, en otras melancólicas, etc.” (Vara Horna, 2006, p. 38)

En relación a la historia y vivir una infancia bajo violencia hay quienes lo consideran como “un mito que se sustenta en probabilidades” y que “un niño maltratado no necesariamente será un adulto maltratador, existen factores protectores que inmunizan al niño de los efectos del maltrato. Estas variables incluyen alta inteligencia, habilidades sociales, relaciones significativas con personas guías, redes sociales fuera de casa, etc.” (Vara Horna, 2006, p.36)
FACTORES INTRINSECOS
Podría entonces, afirmarse que los factores que generan la violencia no son solo exteriores, sin demeritar su presencia, a decir de Vara Horna (2006) “variables asociadas pero difícilmente como causales directas”, lo cuál puede llevar a considerar factores intrínsecos.

¿Cuál es el primer indicio de que se esta generando violencia contra la pareja? Para ello tendríamos que pensar o incluso reconocer que todos, o si es muy aventurado, una gran generalidad hemos discutido con nuestra pareja u otra persona, después de un momento se reconoce el error, se toma conciencia, la violencia se asoma si se continua con la discusión y llega a gritos para imponer un punto de vista, un acto que llevado a cabo con periodicidad va originando en daños psicológicos y posteriormente hasta físicos por lo que se va denotando algunos factores intrínsecos que conllevan a la violencia y como algunos teóricos “han encontrado que tanto los ‘perpetradores’ como las ‘victimas’ no difieren significativamente en sus habilidades para resolver problemas de interacción social, control de la ira o el manejo de estrategias de comunicación, demostrando que la violencia obedece más a factores situacionales que patognómicos” (Ronan, Creer, Dollard & Ronan, 2004, cit. En Vara Horna, 2006, p. 44)

En un estudio citado por Vara Horna (2006) en referencia a los profesionales (promotores de salud en temas de violencia) que estaban inmersos en actos de violencia familiar y se determina una serie de factores más que se involucran en la VMCP como “oportunidades de comunicación, recreación, la insatisfacción marital, infidelidad” que se reitera son “variables en la gran mayoría situacionales” pero como ya se ha señalado pueden comenzar desde una serie de gritos hasta el homicidio, pasando por las lesiones psicológicas y físicas.

Si bien los daños físicos son graves, en el caso de las consecuencias psicológicas que aunque no son tan visibles se apunta a que ocasionan un mayor daño a la víctima y que trasciende en su vida lo cual afecta su autoestima y se le desvalora como ser humano. Y es que aunque se habla de la VMCP y se generaliza a la mujer como víctima directa las consecuencias se expanden hacia los propios hijos y es que si bien no son agredidos físicamente, psicológicamente reciben una misma carga violenta y se evidencia con temor hacia el agresor o ante un mínimo despliegue de un acto violento como una discusión se reacciona inmediatamente con miedo y ansiedad.
PERFIL DEL HOMBRE VIOLENTO
Diversas investigaciones nos muestran algunas características o hipótesis de la conducta del hombre violento, por ejemplo Aguilera Torrado (2004) en una investigación realizada en Colombia llega a dos hipótesis:
la primera apunta a que
“esta conducta es producto a la falta de reconocimiento de los rasgos femeninos que hay en su personalidad, por lo cual el hombre agresor refleja fuera de sí mismo los rasgos femeninos que hay en él, y así se libera de la angustia generada por una posible homosexualidad latente”
y la segunda que dice que:
“el hombre agresor manifiesta una excesiva dependencia emocional hacia su pareja, por ello le resulta intolerable que ella tenga su vida propia e interpreta todas las actividades de esta como un abandono y, por lo tanto, surge el componente de celos. Siente celos si ella le dedica mucho tiempo a los hijos, a compartir con sus amigas, o con su madre, o si tiene un trabajo o estudio”. (Aguilera Torrado, 2004, p.80,81)

Por otra parte Corsi y Sotés (1995, cit. En Ramírez Rodríguez, 2002) determinan tres polos donde se agrupan las características del hombre violento como: “Polo cognitivo, polo comportamental y polo afectivo”.

A modo de identificar un perfil de personalidad de los hombres agresores con lo expuesto anteriormente y en base a datos estadísticos se puntualiza que:
“…son introvertidos, con poca capacidad de palabra, son imponentes, permanentemente tratan de hacer valer la propia influencia sobre los demás, a sobresalir, tiene poca capacidad para comprender las necesidades de los demás y para colaborarle eficazmente a otras personas, tiene una disposición muy desfavorable hacia las novedades, no tiene la capacidad para considerar cada cosa desde perspectivas diversas, así mismo no tiene apertura favorable hacia los valores, estilos, modos de vida distintos”. (Aguilera Torrado, 2004, p.77).

Y es que aunque en ocasiones se tiende a argumentar que la VMCP suele ser bidireccional y que a veces el hombre actúa en defensa propia tendríamos que pensar no sólo en el instante de la agresión, si no en la relación familiar que se ha llevado, es decir, tal vez sí en una discusión sea la mujer quien agreda físicamente al hombre pero habría que señalar y como apunta Ramírez R. (2002) a partir de distintos trabajos:
“que lo que se identifica como violencia esposa vs. esposo, no es otra cosa que las conductas de auto defensa ante la violencia de que son objeto las mujeres, esto es, son conductas reactivas, acciones en defensa propia o defensa de terceros, tales como las/os hijas/os o personas ligadas afectivamente con las mujeres”.
A MODO DE CONCLUSIÓN.
El presentar los factores, las características y el perfil de los hombres violentos permite evidenciar que el fenómeno es tan complejo que, considerar que todos los hombres que presenten algunas de las características señaladas, estar presente en situaciones que conlleven actos violentos o identificarse con algunas de ellas podría referirnos a que una gran mayoría podríamos ser violentos en algún momento o en algunos sucesos de nuestras relaciones en pareja, pero la reflexión más importante a la que nos invita es a hacernos una pregunta de sumo valor y a conciencia ¿soy un hombre violento?, ¿he ejercido de forma consciente o inconsciente actos que violente a la pareja?. Lo cual no quiere decir que todos los hombres lleguen a ser violentos con su pareja, ni tampoco que todas las mujeres siempre sean víctimas, pero a determinadas cuentas el hacer un análisis introspectivo permitiría reconocer si se es violento contra la pareja en cualquiera de sus manifestaciones y comenzar a repensar las relaciones a partir de otras formas de comunicación y afectivas. Lo que también se puede señalar para ocuparse en la atención al problema de la VMCP es hacer conciencia personal, reconocer y admitir cuándo se ejerce violencia como primer paso, pero proseguir aceptando orientación y atención participando en grupos de apoyo; para lo cual no hay que esperar a que se le cause un daño físico irreparable a la pareja, se haya marchado, se hayan dejado secuelas psicológicas no sólo a la mujer si no a los hijos y/ose este ante un juzgado y bajo una pena impuesta, o incluso se cometa homicidio; si no haciéndolo desde las primeras situaciones que se perciban como violentas.

REFERENCIAS.
Aguilera, T. (2004, agosto). Características Psicológicas del hombre golpeador de su compañera permanente, residente en la ciudad de Bucaramanga. Recuperado el 30 de abril de 2008 de http://editorial.unab.edu.co/revistas/medunab/pdfs/r720_op_2.pdf

Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (2007). Estadísticas a propósito del día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres. Datos Nacionales. México. Recuperado el 14 de mayo de 2008 de http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2007/violencia07.pdf

Ramírez, R. (2002). Pensando la violencia que ejercen los hombres contra sus parejas: problemas y cuestionamientos. Recuperado el 30 de abril de 2008 de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/112/11203109.pdf

Vara, H. (2006). Mitos y verdades sobre la violencia familiar, Recuperado el 30 de abril de 2008 de http://www.aristidesvara.com/libros/arch_libro/libro_violencia.pdf

Yañez, G. (2008, junio). INEGI: las muertes de mujeres en México por violencia intrafamiliar son más que las causadas por delincuencia organizada: 2,159 fallecieron en 2005. Recuperado el 14 de mayo de 2008 de http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=269636